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miércoles, 2 de junio de 2010

Súper- iodista

Caso.
Entrevisté a un cantante famoso. Los organizadores ordenaron no hacerle preguntas personales. Insistí y lo cuestioné sutilmente sobre la acusación que le hicieron de masturbarse en un avión. ¿Fue correcto o incorrecto no cumplir la exigencia de los organizadores?


Por Michelle Reyes

“El periodismo está hecho para defender el bien público, y por tanto, el periodista actúa con un sentido de universalidad, es decir, pensando en el interés de todos. Se excluye, por tanto lo que tiene que ver con asuntos personales, que nada tienen que ver con el bien púbico”. Ambar Quijije



Cuando decidí iniciar en la labor periodística pensé en todas las aristas que la misma podría tener, las ventajas, desventajas, riesgos e infortunios que se podrán obtener con la palabra, la publicación de la misma.

Luego de observar todas las vertientes y pensarme como comunicador nada pudo detenerme al pensar en los súper héroes. Si, la imagen fantasiosa de un súper humano que encubriendo su identidad pone en juego su integridad y bienestar, por proteger la de un extraño, la de alguien ajeno que en un momento se convierte en el protegido, en la razón de ser y obrar.

Nunca he podido dejar de mirar al periodista como un súper héroe, que armado de micrófono y valor, acude a su identidad secreta para dejar de lado su nombre y ayudar a una generalidad a través de la denuncia, proteger a una singularidad con la difusión y salvar a una particularidad con la movilización.

Siempre me atrajo el poder que los medios otorgan, la satisfacción que la comunicación plantea y sobre todo la necesidad de actuar, de sacrificar por otro y de ser un medio, un mediador, no un fin.

La protección de la intimidad constituye no sólo una obligación sino un acto moral claro. El fin último del periodismo es obtener beneficios para la mayor cantidad de personas.

Cuando se plantea la inquietud respecto a la denuncia de una intimidad, no me opongo a lo mismo, siempre y cuando la exposición de la misma constituya un acto que genere bienestar general; que justifique la invasión a la privacidad, que supere el morbo y el amarillismo para constituirse en la única carta que permita que todos ganemos el juego, en la única salida frente a un problema grave que aqueje a todos los vulnerados por el mismo.

Creo que no hay ofensa mayor para un comunicador que ser tildado de chismoso, de metido, de impudente, y todo esto se ha ganado a pulso de errores, de confundir una denuncia con una burla a la intimidad y sobre todo de no saber reconocer cuando se debe callar y cuando es pertinente hablar. El fin no justifica los medios, y aunque el fin sea el bien general no es suficiente para ridiculizar o pasar por encima de la privacidad de un personaje.

El periodismo lejos de inmiscuirse en los momentos personales de la persona que nada afectan a una generalidad, trata de develar aquellos que si se constituyen en un atentado contra la integridad de una comunidad. Respecto a la función periodística, Daniel Samper Pizano opina: “Le aporta una mirada que procura ser escrutadora de la realidad y en algunos casos una voz que procura señalar corrupciones y señalar tuertos”. Esta es la finalidad última la de develar aquello que se constituya en un riesgo, no de volverse un riesgo para aquellos que no lo constituyen.

Cuando se hace referencia al riesgo, es importante aclarar en qué consiste el mismo, cómo puede ser disminuido y sobre todo cuáles son sus implicaciones inmediatas.
"En los últimos años, el periodismo se convirtió en un oficio peligroso." Gabriel García Márquez; pero es importante aclarar para quien es destinado este peligro. En ningún momento mi intención es atacar a mis colegas, ya que me estaría atacando a mí, a mi labor, profesión y pasión; pero como persona autocrítica, reconozco que en ocasiones el periodista representa un peligro mayor del que sufre.

Creo que todo tiene un trasfondo, cada situación se genera a partir de algo previo y por consiguiente conlleva una consecuencia, lo mismo sucede con la noticia, la misma se genera a partir de un interés particular y desencadena una serie de acciones precisas, las cuales en ocasiones reflejan no sólo el éxito, sino también la pertinencia de la información.

"Lamentablemente, hoy en nuestro oficio se involucionó en algunas cosas, ya que las noticias no se dan a conocer tal como ocurrieron", García Márquez. La chiva, la inmediatez, la falta de rigurosidad, pero sobre todo los pocos asomos de ética hacen que la realidad no sea real en el momento en que se cuenta, y la confianza del lector se ves minada, por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

La mejor noticia no es la primera que se da sino la que se da mejor, es de esta manera que tenemos que recordar cómo la ética debe marcar nuestro camino, como la misma no es una limitación sino una ayuda para nosotros y para el objetivo último de la profesión, el otro.

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