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miércoles, 2 de junio de 2010

Economía y ética, dilemas del periodismo

Caso No. 28
¿Cuáles son las características y diferencias ente amarillismo y sensacionalismo?


Por. Angélica María Polo Londoño

Definiendo el sensacionalismo como la manera en que los medios de comunicación y los periodistas apelan a expresarse mediante los sentimientos y las emociones pero que no tienen en cuenta la ética. Para ello utilizan cualquier dato impactante dentro de la noticia que se transforma en suceso atrayente y que desemboca en unos receptores excitados. Si bien se sabe el sensacionalismo tiene un estilo muy recurrente donde se cubren sucesos y hechos donde se vea reflejado el lector, se manifiesta más en los medios escritos donde gracias al fácil acceso económico y de la mano con el mercadeo en zonas populares, permiten llamar la atención del público con sus fotos y gráficos llamativos de las noticias.

El amarillismo se mira con una clase de ética muy distinta debido al manejo de una ideología que siempre utiliza títulos referentes, cosas terribles y gráficos donde se detalla y se muestran un morbo que permite explotar el sufrimiento para hacerlo más atractivo hacia los lectores.

Desde la perspectiva del comunicador social – periodista Abelardo Gómez quién afirma que “hay una línea muy delgada entre sensacionalismo y amarillismo. En ambas hay una distorsión de la realidad noticiosa, con el fin ganar público o para servir intereses particulares de un grupo o individuo”.

Agrega también que “el sensacionalismo como la desinformación resultante de una acomodación de los hechos noticioso con el fin de hacerlos más atractivos, incluso cuando de una noticia compleja se toman sólo lo elementos más llamativos en cuanto a enganche de público, pero no en cuanto a interés público o pertinencia de la información. En el amarillismo se enfatiza en los hechos morbosos que contiene alguna información, con una clara intencionalidad comercial. Casi siempre va ligada a la concepción errónea de crónica roja o periodismo judicial, pues se confunde el ejercicio con altura de esta importante área del periodismo con la manipulación comercial y sin escrúpulos”.

Por otro lado, del Consultorio Ético de Javier Darío Restrepo se expone que “el amarillismo puede ser, por tanto, el aspecto formal del sensacionalismo; este, más que una presentación espectacular, es un criterio, impuesto por el ánimo de llamar la atención y de aprovecharse de la noticia. El sensacionalismo ve en la noticia lo que causa sensación, es decir, lo que excita los sentidos, y eso es lo que destaca. Los demás elementos de la noticia, que son generalmente los esenciales, no tienen importancia para él porque exigen demasiado al lector. El ideal del sensacionalista es que la presentación de la noticia excite el interés del lector a través de la vista, o del oído y la vista si se trata de radio o de televisión. Desde el punto de vista ético este criterio contradice el compromiso con la verdad, que supone decir sólo la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Además, y es quizás la más grave falla ética del sensacionalista, se manipula y subvalora al lector puesto que se le niegan las partes de la verdad que estimulan su pensamiento y se le entregan solamente las partes sórdidas o triviales de la realidad”.

Por otro lado el periodista empírico Huber de Jesús Castaño expone “El sensacionalismo la tendencia de algunos medios informativos al presentar las noticias destacan sus aspectos más llamativos con el fin de comercializar de provocar asombro o escándalo” agrega también que el “amarillismo se ve en la farándula exagera la noticia, ejemplo un muslo humano encontrado; estas noticias hacen hincapié en el crimen, el sexo y violencia. También llamado periodismo discordante de tabloide”.

Finalmente, los medios de comunicación tanto escritos como audiovisuales deben procurar por mostrar la noticia con la verdad, sin manipulaciones y fuera de caer en el amarillismo o sensacionalismo. Publicar la información teniendo en cuenta la ética y la responsabilidad. Las divulgaciones amarillistas y sensacionalistas hacen rentables a los periódicos, pero a cambio de una mejor rendición económica. Sin embargo, ¿dónde queda la integridad de la información? Por tal motivo, la noticia se debe presentar sin morbos y espejismos pues por el afán de la chiva, la noticia pierde la esencia de la veracidad y la exactitud que la caracteriza.

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