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miércoles, 2 de junio de 2010

La ética es un trazo de la realidad

Luis Carlos Rivera Ramírez

Sobre la ética surgen varias dudas: ¿La ética va por un lado y la realidad por otro? ¿Si uno quiere ser ético tendrá que ir contra la realidad y, por tanto, quedarse sin trabajo o mantenerse en una sola pelea?

En la vida cotidiana la ética parece que fuera en contravía de la realidad, sin embargo, no hay ningún fenómeno que justifique el obrar en forma incorrecta, desconociendo los límites entre el bien y el mal. Cada día nos enfrentamos a situaciones que ponen a prueba nuestros valores, y las decisiones que tomemos serán el resultado de principios éticos que marquen el rumbo de lo que hagamos.
Las actividades realizadas a diario, cualquiera sea la profesión, nos obliga a ser muy objetivos en la escogencia de resultados, no es verdad que el fin justifique los medios. Ha hecho carrera la idea de pasar por encima de quien sea para obtener beneficios. A nivel general la ética no es coactiva, pero existen normas y reglas de cumplimiento obligatorio que guían el actuar de los individuos

Según Luis Francisco Arias Periodista “La ética es un deber ser, es decir, una búsqueda permanente de que lo que se hace corresponda a un objetivo trazado que pretende acercarse a la perfección de las acciones”.

La ética marca el camino para afrontar la realidad, que generalmente no concuerda con el deber ser. Partiendo de esta premisa es correcto que ética y realidad vayan por rumbos diferentes; hay que poner a prueba la voluntad, para que triunfen los valores éticos, sobre todo lo demás.

Factores distintos a los buenos logros determinan la bondad de una acción y las relaciones entre los hombres son igualmente importantes en la obtención de resultados.

“La ética es una consecuencia de la razón, ya que dentro de la racionalidad busca descubrir el significado auténtico de la realidad humana. Sólo la razón da válida cabida al discurso ético.” Gustavo Colorado

Cuando las preferencias éticas son elegidas racionalmente y con imparcialidad se puede configurar la justicia como racional, criterio por medio del cual se orienta éticamente el quehacer humano, que se concreta en el principio de responsabilidad.
La aplicación de la ética no riña con la realidad ya que si se hace buen uso de la razón, por el contrario, lo que se haga debe ser el resultado de un análisis de los pros y los contras que nos debe conducir a obrar bien, no es necesario pelear para lograr los objetivos trazados en la realidad.

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