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miércoles, 26 de mayo de 2010

La publico, no la publico, la publico, no la publico…

Imagen tomada de:http://www.devas.com.mx/
Por: Deiby García Ardila
En el ejercicio periodístico, con frecuencia se presentan casos que ponen en juego la ética y que hacen dudar al reportero en cómo debe actuar y registrar la noticia.

CASO 12:
“Un camión comercial y un automóvil privado se ven involucrados en un espectacular accidente, aunque no hay muertos ni heridos. No hay, tampoco, testigos. El conductor del auto observa algunas botellas de cerveza vacías en la cabina del camión. Con una cámara que tiene, toma fotografías de las botellas y de los vehículos.

Cuando un representante de la empresa dueña del camión se presenta en el lugar, el conductor del auto insiste en que le debe pagar por los daños a su auto, ya que el chofer del camión había estado bebiendo.

El representante rehúsa, y dice que eso es una cuestión para la policía y para la aseguradora. Además, explica, las botellas vacías provienen de una fiesta celebrada en días pasados, y el chofer del camión solo las traía consigo para devolverlas.
El conductor del auto acude con sus fotos a los medios locales. ¿Usted publica las fotos de las botellas de cerveza?”

El caso, sin duda presenta unas condiciones que deben mirarse con lupa, el ex director del diario El Mundo de Puerto Rico, Jhon Virtue, en www.pulso.org/Espanol/Etica, hace referencia a este caso en específico, señalando que no está de acuerdo con que la fuente decida la fecha de publicación de un artículo y que “si la fuente quiere que la noticia se publique para coincidir con el comienzo de una campaña publicitaria, por ejemplo, el medio debe rehusar, porque no estaría sirviendo el interés público.”

Por otra parte y siguiendo la línea de la negación a la publicación de las fotografías, la Comunicadora Social-Periodista de la Universidad Católica Popular del Risaralda, Ana María López, señala que: “Yo no publicaría las fotografías hasta que no haga un trabajo muy juicioso en la recolección de información, pues las fuentes que se presentan, no son lo suficientemente objetivas ya que están involucradas directamente con el acontecimiento.”

Las dos posiciones presentadas, apuntan hacia una misma dirección, la necesidad de un trabajo de investigación constante que se supone para el periodista, ya que sin las fuentes necesarias y sin un objetivo claro que apunte al interés público, no se puede tomar en cuente el primer material informativo que llegue al medio.

Entre las conductas que un medio de comunicación debe adoptar, además de informar clara, veraz y oportunamente, está el de consultar siempre quien puede resultar afectado con la publicación de una noticia.

Así mismo, Javier Darío Restrepo, en www.fnpi.org/consultorio, señala que “la información no debe hacer daño, es posible que lo produzca indirectamente, pero nunca debe ocurrir como consecuencia de un malicioso propósito, o de un manejo negligente de la noticia.”

Este caso, es una invitación a la práctica responsable del ejercicio periodístico, pues por más que se tenga la información clara, no se debe tomar partido cuando hay elementos que pueden inclinarse más por el interés personal que por el público. Llevándolo al plano específicamente del caso citado, la noticia puede que salga, pero sin publicar las fotografías y sin hacer una acusación directa de quién pudo haber tenido la culpa o no.

En este sentido, Restrepo señala que, “Algunos periódicos ejercen esta práctica con un sentido de caballerosidad porque piensan que acusar a alguien desde sus páginas sin notificarle previamente la acusación, es como atacar por la espalda, por eso demoran la publicación hasta que la persona acusada da su versión salvo que esta persona insista en callar y el hecho motivo de la información sea de claro interés público.”

El periodista nunca se debe negar a escuchar, siempre debe estar atento a cualquier acontecimiento que se presente y pensar en las intenciones con que le llega el material informativo. Por tal motivo, es posible plantear dos miradas frente al caso; primero, que es un asunto de represalia por parte del dueño del automóvil ya que se vieron afectados sus intereses personales; segundo, la publicación de las fotografías sería más un asunto de “Free Press” o publicidad, cuestión que no le compete en este caso al periodista.

Hay que tener el suficiente tacto y la responsabilidad, para darse cuenta cuales son las verdaderas intenciones del informante y no ir a caer en acusaciones que afecten a alguien, pues como lo señala El código de ética de la Asociación Interamericana de Prensa, "la responsabilidad también es saber que el daño hecho nunca se repara totalmente."

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