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miércoles, 26 de mayo de 2010

El periodismo y el bien común
Andrea Herrera Rodríguez
Caso No 20

El periodismo y el bien común

¿Cómo tratar al ciudadano lector que denigra de los principios democráticos?

El periodismo es una profesión muy exigente y aun más cuando convivimos y compartimos con nuestro oficio más de veinticuatro horas al día, el periodista ante todo es un servidor de interés general, que lleva a toda clase de público los sucesos que ocurren a diario en nuestro país, siempre con el propósito de servirle a la sociedad diciendo la verdad. Lo primordial para un periodista es el interés general antes que el particular.
La ética periodística está ligada a la “verdad”, una “verdad” que debe ser completamente neutral, que permita informar a la opinión pública y que sobre todo que consista en mejorar el contexto de vida en la sociedad, sin dejar a un lado las estrategias para velar por el correcto ejercicio profesional. La información en el periodismo se entiende como un bien social y no como un producto.
La liberta de expresión es un derecho que tenemos como ciudadanos y aun más los periodistas, que nos dedicamos a transmitir la información por medio de columnas, reportajes, libros, escritos y demás medios de comunicación, debemos ser personas neutrales a la hora de tratar temas políticos.
Por esta razón los periodistas debemos tratar al ciudadano lector que denigra los principios democráticos con dignidad y respeto, pues uno de los valores democráticos es la libre expresión de pensamiento. En cuanto a sus opiniones y afirmaciones es necesario, convencerlos pero con argumentos filosóficos, jurídicos, sociales y políticos que tengan fuerza en sí mismo.
“Utilizar al lector como un síntoma que necesita remedio”, afirmo el docente y periodista Pablo Granado, que está de acuerdo con los principios democráticos, y plantea que los medios de comunicación deben hurgar frente a la descalificación de la democracia, los medios deben ser cuidadosos a la hora de informar temas generan polémica, por la razón de que muchas personas están a favor o en contra de la democracia.
El sistema democrático esta basado en la construcción social y cultural y por ende una forma de conciencia colectiva que pretende orientar a la sociedad, pero igual mete es cierto que los valores democráticos como la libertad, la igualdad, la tolerancia, la soberanía popular, la participación, la representación entre muchos otros no son absolutos ni mucho menos verdades finales pues son susceptibles de ser manipulados por criterios e intereses de unos pocos. Este último planteamiento es quizás el origen de que existan lectores molestos con el sistema democrático.
“No es como Cuba ni Venezuela” gracias a que podemos denigrar de los principios democráticos, eso es una muestra de esos principios, expresó Wilmar Vera, frente a las realidades sociales que se viven en los diferentes países, donde no existe la posibilidad de expresar lo que quieren para su país.
“Al lector se le debe hacer entender que los valores democráticos están indisolublemente unidos a los valores humanos, los primeros son la manifestación social de los segundos; cuando denigra del sistema denigra de sí mismo”, afirmo Antonio Castaño Ruiz licenciado en ciencias sociales de la Universidad Tecnológica de Pereira.
No es simplemente criticar un sistema sino expresar ideas con argumentos profundos y proponer cambios que sean entendidos e interiorizados por todos, al igual que sean viables a futuro. Con una gran capacidad intelectual, ética y moral de generar cambios y transformaciones a nivel personal, familiar, comunal y social.

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