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miércoles, 26 de mayo de 2010

Un verdadero profesional.
Por: María Victoria Cuartas
Caso.7
Durante una reunión con motivo del día del periodista, el relacionista público de un equipo de fútbol repartió sobres a cada uno de los cronistas presentes.
Cuando uno de los reporteros abrió el sobre, encontró que contenía el equivalente de cien dólares. A su regreso a la redacción, le comunicó al director de deportes lo sucedido. Éste le propuso publicar el intento de soborno.
El periodista consideró la posibilidad de que sus colegas de otros medios, que posiblemente hubiesen aceptado el dinero, lo condenaran al ostracismo, y la posibilidad de que se le cerrasen las fuentes en el equipo si denunciaba el incidente.



Diariamente escuchamos por todos los medios masivos de comunicación, discursos de los sectores político, cultural y en general de aquellos que tienen una influencia de opinión, directa o indirecta en la sociedad, es el periodista el encargado de transmitir toda esta información por los medios y debido a que éste puede llegar a tener una gran influencia en la toma de decisiones de la audiencia muchos de estos sectores se preocupan por que la información que éste divulga siempre sea favorable para ellos sin importar si tienen que recurrir a la mentira y el soborno hacia estos profesionales. Es aquí donde éste profesional se encuentra en una situación que requiere de una serie de virtudes morales y un marco ético que le permita tomar la decisión más correcta desde su actividad periodística, una medida que haga notar que respeta su profesión y se siente orgulloso de ésta y sobre todo que respeta su público y a todas aquellas personas que creen en él. De esta manera un periodista no debe incurrir en partidismo en el comentario editorial, y siendo este caso una muestra de los sobornos en los que puede caer un periodista éste debe rechazar privilegios o ventajas por difundir u omitir la difusión de informaciones esenciales, entrevistas o reportajes.

La periodista María Del Pilar Lizaraso egresada de la universidad del rosario y actualmente ejerciendo como docente, opina ante el presente caso lo siguiente “la ética profesional del periodista, no puede estar en tela de juicio en ningún momento por los diferentes factores y circunstancias que rodeen una situación, por lo tanto teniendo en cuenta el caso que me plantea lo que yo haría sería no recibir ningún tipo de dinero, así mismo realizaría un reporte al jefe inmediato y en lealtad a la profesión informaría a las directivas de cada organización en las cuales trabajan los diferentes periodistas” con esta primera opinión podemos observar que el deber de un periodista es siempre con la verdad y que nunca debe de aceptar beneficios y mucho menos ocultar este tipo de acontecimientos, pues solo en manos del periodista está el cambiar esta situación y generar credibilidad en la profesión, ya que si un periodista acepta sobornos con qué autoridad va a generar opinión cuando su proceso informativo está plagado de mentiras. Y como menciona Javier Darío Restrepo autor de Código de Periodismo “los periodistas siempre estamos para defender lo público y nunca se ejerce la profesión como un poder si no como un derecho” pues la información es un derecho de la nación y el periodista que tiene acceso a ésta no debe utilizarla para manipular a la audiencia todo lo contrario debe orientar a ésta para que genere procesos de opinión veraces que los lleven a tomar unas decisiones pertinentes con la realidad y no con una oleada de mentiras.

Continuamente el Psicólogo Eduardo Clavijo Dueñas egresado de la Universidad Católica de Bogotá y ejerciendo en su propio consultorio opina que “el deber ser de una persona cuya formación profesional es servir a la sociedad no debe tener cabida alguna para la permisividad a la corrupción, es por ello que no recibiría de ninguna manera sobres o paquetes con dinero y tendría el carácter suficiente para denunciar rotundamente los hechos que se presentaron con las personas implicadas; logrando de esta manera que éste acto sea castigado legalmente si hay lugar y repudiado por la sociedad.” es así como entre estos profesionales se hace evidente unos parámetros éticos que los llevan a actuar con la verdad, respetando su conciencia y la sociedad, pues no solo ellos manifiestan que no se debe recibir ningún dinero si no que es primordial denunciar este caso y crear ante estos un rechazo general de la sociedad.
Por último el administrador de empresas Adrian Eduardo Llano menciona “de ninguna manera recibiría el sobre con dadivas, remuneraciones o dineros que de una u otra manera me generarían estar abocado en un futuro próximo o lejano a un compromiso, que siendo observado desde cualquier perspectiva sería un acto de corrupción, así mismo informaría de lo ocurrido a quien sea el jefe directo de este grupo de personas, para que sea sancionado de acuerdo a lo establecido por la legislación colombiana y a lo que reza el Código Penal” de esta manera se puede concluir que la labor principal de un periodista y cualquier profesional es actuar ante todo con honestidad y nunca dar paso al engaño en su desarrollo profesional, porque la corrupción en su trabajo no es solo una decepción para la sociedad sino también una decepción para su conciencia, un profesional que se haga participe de sobornos es alguien que no tiene vocación y que no ve en su carrera un medio para crear un cambio social y una forma de ayudar a ésta, simplemente la observa y la practica como un medio que le ayudará solo al beneficio propio sin importar el bienestar general. Un profesional que acepte este tipo de engaño es un ser egoísta y que no merece el respeto ni de sus colegas ni de la sociedad, es por esto que considero esencial que ante cualquier caso de soborno o corrupción el periodista tenga el valor de denunciar ya hacerle frente a la problemática, pues sólo así se podrá llamar un verdadero profesional.

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